lunes, 31 de enero de 2011

.

Es como una nota palpitante bajo nuestros dedos,
como una cuerda tensa, extraña.
Como una suave brisa que llega y se va.
Es como un sonido dulce que llega a nosotros
y nos hace girar, atentos,
buscando su eco en la claridad de nuestros pasos.
Es como una pluma que cae suavemente
y se mece en una sábana invisible
que la acerca tímida al suelo.
Es un poema sin título,
una canción, una caricia de manos infinitas.
Como la luz del Sol allí, a lo lejos,
prolongándose y desmayándose sobre los bosques
en una caída hasta la tarde,
y un levantamiento oscuramente nocturno.
Como un beso repentino del viento
y el trágico suspiro que le espera
envuelto en el agua de una tormenta
que nos ahoga y mantiene.
Como una pasión infinita,
un frenesí turbulento, una herida abierta
seguida de una apacible calma
perfumada con sonrisas inesperadas.
Un abrir de ojos inesperado que no elegimos,
y una despedida que evitamos sin cesar.

Así es la vida.
Tan profundamente nuestra
y tan esquiva, al fin y al cabo.


http://www.youtube.com/watch?v=Yef2yiFPiuI

1 comentario:

  1. ¡Precioso! ¡qué cierto lo que dices y con cuanta belleza queda expresado! Enhorabuena.

    ResponderEliminar