viernes, 1 de marzo de 2013

Schuld

La luz siempre es difícil.
Todas las esquinas oscuras sabían
quién era uno con la lluvia,
pero los contornos dibujados
nunca son nítidos bajo la cascada.

(En el cielo.
Ya no quedan hijos de la luna
en los cielos.)

Me declaro culpable por haber nacido.
Entre la vorágine de la deuda y la culpa
ellos encontraron el punto inequívoco
de la falsa moral.
Me condenaron a sentir,
y me declaro culpable;
no temo beber vuestra cicuta
en estos tiempos en los que lo humano es visto
como una abominación para el hombre.
Me declaro, sin romanticismo
y sin flores de sangre en la nieve de tu piel.
Yo me declaro.

(La cascada del cielo.
Nunca habrá hijos de la luna
en los cielos.)

La luz sigue siendo difícil
para los que se derraman en las esquinas.
Pero en cada gramo de vida, en cada soplo
de aire desgastado, sabrás
que la luz nunca encontró un ángulo
para la sombra de tus manos.


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