lunes, 28 de marzo de 2016

6.44

Desnuda tú, no tus palabras, para dar la bienvenida a la lengua de fuego del sol con tu piel; yo espero a que despiertes o te entreabras como la flor de tu boca. Pero tú no me ves, ojos en noche abierta; nunca mi mirada en la tuya derramándote de cielos las mañanas.
No me ves, no despiertas, pero tu respiración se me abre en la garganta para respirar de ti, voz o latido, porque no hay sueño ni silencio en el recuerdo.

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