domingo, 8 de mayo de 2016

Manos e imprecisiones [2.00]

Acercándonos siempre a tientas, buscando sin saber dónde los labios o las palabras. Y el aire cae, impreciso, sin alcanzarnos. Y este tacto que no me das me abre la carne y me arranca unas costras que comienzan a cicatrizarte la piel; aún, a tientas, te busco en este tacto.
No estás
(porque no puedes estar
sino en mis manos, que
te buscan en mí y no te encuentran
por mucho que les suplique que me desnuden
como lo hacías
tú). 
Quizá solo en estas manos mías, inexactas como el latido de tu silencio
(esas,
donde crecerte
en mí).
Qué ingenua.
La luz, cediéndose a sí misma, nos desveló al fin que no estábamos 
(que ya
no, que
quizá nunca).

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