domingo, 17 de julio de 2016

7.46

Ella sonreía, también, como pocas veces. Como casi nunca. Pero el tallo de su sonrisa se quebró levemente al fijar su iris carente de luz en el mío.
Alimentarme de él, entonces.
En sus ojos
la forma última de todas las cosas, el trazo
en lo indecible de las arenas, el
mero canto otro
en mi canto ahora,
en

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