martes, 31 de marzo de 2015

21.29/2

Dios, eres esta flor que mantengo en el centro
este verso inconcluso
la ausencia, señor
       floreciendo
la nada entre mis dedos
la lápida sobre mis manos y su peso
su peso infinito haciendo carne el verbo
su ausencia infinita, señor
       la flor de su silencio
cuando ya nada sostengo