El sueño acaricia tus sentidos con mano temerosa. Mientras tanto, abrazo tan fuerte tu cuerpo que creo que ya he conseguido traspasar la barrera de la piel. Unión, unión absoluta. Eso es lo que te define y eso es lo que guardaré para siempre en mí, en ti, en nosotras.
Beso tu mirada ausente y los sueños que pareces estar mirando. No eres consciente de ello, pero mis ojos dibujan la caída de tu párpado como si se tratara de la máxima expresión de divinidad vestida de mortalidad.
Y así es.
Te observo e imagino que tu mirada está impregnada de miradas mías que no son capaces de irse; para mí no hay ya otra cosa que pueda mirar.
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