lunes, 10 de febrero de 2014

Reminiscencias


"[...] dos copas amarillas
dos gargantas raspadas
dos besos comunicantes de la visión de
       una existencia a otra existencia
dos promesas gimientes de
       tremendas locuacidades ajenas
dos promesas de no ser de sí ser de no ser
dos sueños jugando la ronda del sino en
      derredor de un cosmos de
      champagne amarillo blanquecino
dos miradas cerciorando la avidez de una
      estrella chiquita"

Alejandra Pizarnik


Después de cruzar esta extraña frontera y de plantarme, al fin, en los veinte... ¿qué puedo decir?
Puedo decir que soy tremendamente afortunada. Así de simple. Y es que a veces las palabras se quedan mucho más que cortas y sus desgastados filos no son suficiente para describir una infinidad desbordante dentro de un pecho demasiado pequeño.
Gracias. Gracias, mil gracias... podría pasarme días así, y aunque os las diera un millón de veces -o más-, eso no sería suficiente para agradecéroslo todo a todos... y en especial a ti.
Sigo buscando tu olor de amanecer entre mis sábanas, pequeña.

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