Dios mío, por qué
te he arrancado de mí
por qué he amputado tus miembros, señor
aquellos una vez
alrededor de mi cuello
por qué intento retenerte entre estas manos
que no son
que no pueden ser por ser tuyas sin ti
por qué
intento mantenernos en ellas
para qué apresar estos clavos que arden en un cuerpo otro
si no hay ya corporeidad sin ti en mí, señor
si tus manos que una vez fueron
no colocan ya
su corona de piel y espina en mis mejillas
Dios mío, por qué
este canto mudo atragantado en la garganta
por qué me has amputado de ti, señor
por qué si ya mutilada
has deshojado la flor de mi sangre
-sangre tuya, jirones de tu voz-
hasta convertirla
en nada
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