La decepción
es como un clavo
ardiendo
en el ojo;
pura ausencia
prendida
en la mirada.
Es una mano
oprimiendo
el corazón.
Una grieta
en el pecho;
quizá
partículas
de oxígeno
apresadas
en el labio.
Una cárcel
de palabras.
Y ahí
el respectivo
silencio.
De ti siempre duele (aunque sea una de tantas veces).
ResponderEliminarbien, judith, bien. a la palabra se le mete y se le quita para su uso. y tú lo haces genial!
ResponderEliminarbesazos,