escrita en este folio de tu cuerpo
te has arrancado de mí y me has bebido
- flor de sangre toda-, para pronunciarte en nombre
rasgadas al fin tus vestiduras,
escribes jirones de versos en mi carne
y en el dolor que me das para que sea
te pronuncio:
antimateria; así te llamo,
y me regalas estas manos vacías
y un verbo
un verbo solo donde sobrevivir al nombre de esta ausencia
cuando todo lo demás ya
es silencio
espejo donde no estás para encontrarme,
tú,
que no eres nadie aunque te desgarras en mí y soy materia
sigues tan entera en ti
ahora desmembrada, cuerpo
cálido y abierto para un deseo
callado de sangre nueva,
como un silencio de pieles sin tacto
que se desnuda de ti;
tú,
aire del labio en carne florecida,
sobrevivida en sombra, me has reducido
a mí misma -a una nada en otra nada
arrodillada ante una nada
más profunda-
escrita aquí, palabra sola,
te bebo y te arranco de mí
-flor mía de mi sangre-, para pronunciar mi nombre
y ser
- verbalizada, al fin-
en mi propia carne
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