por qué en este ataúd
hemos aprendido la distancia de las manos
o la sombra diluida
en los espacios sin forma
por qué cuelgan en estos ojos
alas de quetzal arrancadas para creernos
lejos de una tierra
en la que nos arrastramos
sobre el vidrio roto de la voz robada
por qué esta sangre de mis palabras
se me atora
en la garganta
y no
puede
salir
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