sábado, 2 de enero de 2016

Lay down next to me



"Me voy a morir, me voy a morir, me voy a morir. Mañana me voy a morir", y era verdad. La muerte estaba allí entonces, con su horrible mirada amarillenta iluminando segundo a segundo el latido de la madrugada. La muerte estaba allí, en la noche, como una luna incapaz de menguar que menguaba a todo aquel que pretendiera pronunciarla. "Me voy a morir. Mañana me voy a morir", pero hoy no; el resto de todos esos "ahora" que fluyen como agua entre las manos no moriré. Esa es la única verdad. Y sí, entonces era cierto. En aquel tiempo el miedo era lo único que alimentaba de noche las pupilas, pero hoy será, y para siempre mientras hoy dure, la propia noche lo único que podrá alimentarlas de sí misma. "Mañana me voy a morir, pero hasta entonces no. Suficiente".
Mírame ahora. Di mi nombre. ¿Puedes oírlo? No hay miedo ni mañana en lo que pronuncias.
Di mi nombre. Soy todo eso que pronuncias, nada más.
Y eso es suficiente.

[goodbye]

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