como la lengua húmeda de la noche
lamiendo los labios
de la mañana
así
tus besos
no pude ver los límites
no. siquiera
desde el ángulo más blanco
de los ojos, siquiera
desde el gemido sin voces
acariciando cada latido
de tu tacto
pero allí siempre el límite, como
el pulso abriendo cada amanecer
en tus labios
y en mis manos
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