viernes, 30 de agosto de 2019
10.01 [T-S]
En su sueño sanaron mi herida. Cubrieron mi rostro con ceniza, deshilaron la cordillera de venas que bordeaba mi ahora olvidado nombre y cantaron desde mí siglos de fuego y adherida sombra. Me alcé después, anónimo amalgama de tiempo empozado en sí mismo, y partimos en paz, pues ellos me habían soñado y aquello, me repetía, nos conectaba.
lunes, 10 de junio de 2019
jueves, 15 de noviembre de 2018
1.20 [HC/S]
Si acaso poder ser en el no, en lo nunca,
donde las palabras habrán de darme nada
(no puedo reconocerme. ¿Y caer?).
Una mano de sombra se abre paso entre las cenizas. Jamás poder ser.
No arderse ya, oscuras;
no arderse hasta decir la nada
que habrán de darme. Balcones
(reflejo de reflejo de reflejo de),
donde antes el instante entre los labios dilatando la noche.
Tensar la cuerda.
Palabras vibrando el aire, altas, sonoras:
no.
Solo desde mí mi sangre que no es mía, mi sangre
cuando ya he negado
mi existencia
(pero caer).
Nacerse, debería, pero la tierra
se distancia de esta tierra. Nunca revertirse a sí misma,
solo ir hacia
(no habitar la transparencia. Una nada giratoria
en los bordes de la nada. Yo, de ella,
para ella). Debería
(pero).
Volver o arderse, todo me llevará al mismo punto.
Circundando
hasta el mañana todavía.
Caer.
Alcanzo el espejo y su prolongada transparencia.
Solo puedo serme.
Aun así
(y me contemplo)
donde las palabras habrán de darme nada
(no puedo reconocerme. ¿Y caer?).
Una mano de sombra se abre paso entre las cenizas. Jamás poder ser.
No arderse ya, oscuras;
no arderse hasta decir la nada
que habrán de darme. Balcones
(reflejo de reflejo de reflejo de),
donde antes el instante entre los labios dilatando la noche.
Tensar la cuerda.
Palabras vibrando el aire, altas, sonoras:
no.
Solo desde mí mi sangre que no es mía, mi sangre
cuando ya he negado
mi existencia
(pero caer).
Nacerse, debería, pero la tierra
se distancia de esta tierra. Nunca revertirse a sí misma,
solo ir hacia
(no habitar la transparencia. Una nada giratoria
en los bordes de la nada. Yo, de ella,
para ella). Debería
(pero).
Volver o arderse, todo me llevará al mismo punto.
Circundando
hasta el mañana todavía.
Caer.
Alcanzo el espejo y su prolongada transparencia.
Solo puedo serme.
Aun así
(y me contemplo)
martes, 30 de octubre de 2018
domingo, 24 de junio de 2018
sábado, 9 de junio de 2018
20.36 [10-2]
Hacia qué flor de tu sangre,
hacia qué muerte cabalgas
sobre el vacío, jinete de nada.
Para el aire tu cuerpo, y en los siglos
los pétalos brotando aún de tu boca (ausencia
espejada, sombra,
sombra,
sombra); tus miembros
exhumados, insepulto, Dios disuelto
en su propia mirada.
Atravesado por el filo eterno,
negro tú, solo,
al borde
de la sombra.
Hecho para la tierra, dijiste.
Por qué el cielo, entonces.
Hasta cuándo las blancas manos del tiempo,
hasta dónde tú
frente a tu sombra.
Hasta cuándo las blancas manos del tiempo,
hasta dónde tú
frente a tu sombra.
jueves, 19 de octubre de 2017
lunes, 31 de julio de 2017
[S.]
Rechazó toda compañía -incluido el propio vigía- y se enfrentó, solo, a la gran tiniebla del mundo, a la enorme y oscura pregunta de lo desconocido. Se sintió solo bajo la inmensidad de un cielo que parecía ignorar o despreciar palabras o memoria, que anulaba o reducía a la nada innumerables sabidurías anteriores -presentidas, leídas, o totalmente desconocidas- ... Un escalofrío le atravesó, como un rayo. Si no hubiera tenido tan clara conciencia de haber nacido Rey, se habría arrodillado.
Encarado a la oscuridad, sólo una palabra acudió a su mente, tan inquietante como arrinconada: «Dios».
Ana María Matute
[chipping at the devil till he's done]
viernes, 26 de mayo de 2017
jueves, 25 de mayo de 2017
4.02
Volver, nosotros, para arder en el aire
como pájaro o palabra.
Si fuéramos solo después del fuego, decías,
mientras te adentrabas -tenue,
transparente imagen de ti
sin nada tuyo que la sobreviva-
en la plenitud de la llama que se calcina a sí misma;
llama sola, tú. Como rosa
sin porqué.
Sumergirse en el centro de la luz, entonces; descenderte
a la noche
sin saber que su sombra se extendía ya
sobre la suspensión absoluta de tu ausencia.
Rosa sola, tú. Tu voz
frente al silencio donde ardía.
Volverte.
Y, solo al fin, desde las cenizas
volvernos, otros.
Sin porqué.
como pájaro o palabra.
Si fuéramos solo después del fuego, decías,
mientras te adentrabas -tenue,
transparente imagen de ti
sin nada tuyo que la sobreviva-
en la plenitud de la llama que se calcina a sí misma;
llama sola, tú. Como rosa
sin porqué.
Sumergirse en el centro de la luz, entonces; descenderte
a la noche
sin saber que su sombra se extendía ya
sobre la suspensión absoluta de tu ausencia.
Rosa sola, tú. Tu voz
frente al silencio donde ardía.
Volverte.
Y, solo al fin, desde las cenizas
volvernos, otros.
Sin porqué.
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