o el número de muertos
entre cada dedo
su piel bajo las uñas en un paisaje
a veces
azul
las grietas caen en su propio interior
la paralización de los sentidos no es fruto del miedo
tu sangre plagada de esporas
crece el moho en las paredes de tus venas y
los tornillos no pueden sostenerlo todo
pero quizá la soga pueda
para el verdugo
llega el canto feliz
de los cuellos desdoblados
debería conocer mejor estas paredes
puedo estar bajo la luz de la luna
o el sol
o ambas
cuando la fiebre se desnude ante el sueño
en un paisaje donde quebrarse
los tobillos
cuando deje de caer el yeso
la sincronización entre muerte y ojos vacíos
atenuará los silencios neuróticos sobre tu piel
un lugar para nadie
seamos para nadie
te he perdido en mí y
parece que estemos licuando esta materia sin equilibrio
en nuestro torrente sanguíneo sigue creciendo
sigue
creciendo
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