tienes aliento de llama
aliento de todas las cosas concentradas
de mis ciudades que se han perdido
de la selva en la que nunca estuve
de noches vendidas a las mañanas
un aliento para ver la oscuridad
estirada y perezosa ensombreciendo cada esquina
ensombreciendo cada centímetro de piel
desnudo y enrojecido y arañado por el sueño
un aliento arrancado del alma
para mi alma y aliento
un espejo ante otro espejo
un aliento también para la luz
para la tierra y el viento besándose
para la nocturnidad cuando cae de las hojas gota a gota
el cielo abriéndose y cerrándose partido bajo los pies
y todo el verdor de la vida contenido en las manos
como un vaso con el que beberse la muerte
y así
el nuevo nacimiento
el grito en mí y el asalto
a la soledad absoluta de mis antiguos y cerrados ojos
nacen la llama y la luz
cuando en la totalidad de las cosas
encuentro tu aliento
como el abrazo eterno del sol y el alba
en mis ojos
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