Gwladys, tú eres
el reflejo de las bombas
desgarrando el vientre de la noche
en tus ojos veo
este parto extraño
de sangre y fuego, este
rezo silenciado
por cada explosión
dentro
muy dentro
identidad que se diluye en
tus propias manos, dime
cómo mantenerse cuerdo
con todo esto
- duerme dentro, deseo
o voz o silencio-;
cómo hablar, mecerse
en la realidad oscilante
de lo que no se sabe
y cómo callar
cómo
con esta realidad astillada entre los dientes
siempre ardiendo, solo
para intentar saber quién somos
para intentar saber
para intentar
para
Gwladys, tú eres
como una doble noche envolviendo los ojos;
pero yo no tengo más que estas venas
que sangrarte de mis manos;
bájame de estas cruces,
arráncalas de mí una a una
como clavos
en alba,
siempre abiertos
- deseo,
o voz o silencio-,
para siempre ensangrentados
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