como la lengua húmeda de la noche
lamiendo los labios
de la mañana
así
tus besos
no pude ver los límites
no. siquiera
desde el ángulo más blanco
de los ojos, siquiera
desde el gemido sin voces
acariciando cada latido
de tu tacto
pero allí siempre el límite, como
el pulso abriendo cada amanecer
en tus labios
y en mis manos
sábado, 30 de enero de 2016
viernes, 29 de enero de 2016
1.54
¿Quién decide qué sol será el que le queme la piel?
Cuando la noche llega abriendo con sus dedos de sangre el frío de los huesos solo queda el beso, el lento besar de esa mirada que era mía y no. Será que era cierto y tu vena era la flor siempre abierta en los cauces de mis aguas; será que era cierto, sí, y en la tendencia de la carne mi cuerpo solo quería ser uno para tu sueño, como el latido constante en los cálidos brazos de la mañana. Tantas cosas eran ciertas que ahora soy solo un nombre. Un nombre.
Lo sé: no vas a estar aquí para cesar las voces que me nombran buscando únicamente arrancar de mí las venas de tu sangre.
Y sí, lo sé: no hay lugar donde esconderse.
No.
Ni siquiera en ti.
Cuando la noche llega abriendo con sus dedos de sangre el frío de los huesos solo queda el beso, el lento besar de esa mirada que era mía y no. Será que era cierto y tu vena era la flor siempre abierta en los cauces de mis aguas; será que era cierto, sí, y en la tendencia de la carne mi cuerpo solo quería ser uno para tu sueño, como el latido constante en los cálidos brazos de la mañana. Tantas cosas eran ciertas que ahora soy solo un nombre. Un nombre.
Lo sé: no vas a estar aquí para cesar las voces que me nombran buscando únicamente arrancar de mí las venas de tu sangre.
Y sí, lo sé: no hay lugar donde esconderse.
No.
Ni siquiera en ti.
jueves, 28 de enero de 2016
Cántico
1
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dexaste con gemido?
Como el ciervo huyste,
aviéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ydo.
2
Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
dezilde que adolezco, peno y muero.
3
Buscando mis amores,
yré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y passaré los fuertes y fronteras.
San Juan de la Cruz
martes, 26 de enero de 2016
El amor duerme en el pecho del poeta
"Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.
Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.
Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.
Pero sigue durmiendo, vida mía.
Oye mi sangre rota en los violines.
¡Mira que nos acechan todavía!"
Federico García Lorca
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.
Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.
Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.
Pero sigue durmiendo, vida mía.
Oye mi sangre rota en los violines.
¡Mira que nos acechan todavía!"
Federico García Lorca
domingo, 24 de enero de 2016
5.21
líquido hilo de terror con el que uniste
mis manos
a tu cuerpo
pero soy agua abierta en el borde
y también uno las manos del rezo
en las oscuras mareas
de la noche
mis manos
a tu cuerpo
pero soy agua abierta en el borde
y también uno las manos del rezo
en las oscuras mareas
de la noche
martes, 19 de enero de 2016
4.01
forjada en el fuego;
mi cuerpo, como un acero
¡mírame! mira mi sangre, bésala
con tus dedos
¡mírame! ojos de luna en mis manos
y en sus bordes
de puro infierno
mírame en la forja de mi centro
abre este incendio de pieles
y cubre mi rostro
con tu deseo
forjada en el fuego;
mi pecho, como una muerte
donde mato, o vivo, o muero;
danza de la llama sin nombre
en mi cuerpo, como un acero
mi cuerpo, como un acero
¡mírame! mira mi sangre, bésala
con tus dedos
¡mírame! ojos de luna en mis manos
y en sus bordes
de puro infierno
mírame en la forja de mi centro
abre este incendio de pieles
y cubre mi rostro
con tu deseo
forjada en el fuego;
mi pecho, como una muerte
donde mato, o vivo, o muero;
danza de la llama sin nombre
en mi cuerpo, como un acero
lunes, 18 de enero de 2016
Tú vives siempre en tus actos
"Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo."
Pedro Salinas
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo."
Pedro Salinas
domingo, 17 de enero de 2016
jueves, 14 de enero de 2016
12.40
quizá equivocada
pero qué dulces mis errores en tu boca
qué gran torrente para tus venas
el gemido de mi muerte
equivocada desde un principio
no soy yo, o sí sea
¿quién eres tú ahora?
¿una ráfaga de sangre
en la cabeza?
quién eres tú
cuando te miro
y no te veo en tu carne
ni en la mía siquiera
los ojos tropezando en la luz que se derrama
¿quién eres, quién soy?
¿quiénes? cuando tú y yo
ya no somos tú y yo
aunque un día abrimos las mañanas
recibiendo su parto como un hoy
que no acabaría
en el hilo de nuestra espalda
equivocada, siempre equivocada
pero qué dulces mis errores
en tu garganta
pero qué dulces mis errores en tu boca
qué gran torrente para tus venas
el gemido de mi muerte
equivocada desde un principio
no soy yo, o sí sea
¿quién eres tú ahora?
¿una ráfaga de sangre
en la cabeza?
quién eres tú
cuando te miro
y no te veo en tu carne
ni en la mía siquiera
los ojos tropezando en la luz que se derrama
¿quién eres, quién soy?
¿quiénes? cuando tú y yo
ya no somos tú y yo
aunque un día abrimos las mañanas
recibiendo su parto como un hoy
que no acabaría
en el hilo de nuestra espalda
equivocada, siempre equivocada
pero qué dulces mis errores
en tu garganta
lunes, 11 de enero de 2016
domingo, 10 de enero de 2016
I'll understand
suspendida en tu cuerpo como
la caricia de tu voz besando mi aire;
abre tu sangre para mi carne, amor,
abre la boca de tu deseo
en esta piel
de nadie
suspendida en tu cuerpo como
la lengua de la noche en tu vientre;
toma estas manos, centro abierto,
y dame tu sangre o la muerte
dame tu luz
para mi sueño
enciende esta flor de venas, amor,
hasta que todas las noches
sean una
prende cada latido hasta arder
como la llama sola
y serás un mar o los mares todos
para las oscuras orillas de mi boca
jueves, 7 de enero de 2016
martes, 5 de enero de 2016
Noche del amor insomne
"Noche arriba los dos con luna llena,
yo me puse a llorar y tú reías.
Tu desdén era un dios, las quejas mías
momentos y palomas en cadena.
Noche abajo los dos. Cristal de pena,
llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías
sobre tu débil corazón de arena.
La aurora nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.
Y el sol entró por el balcón cerrado
y el coral de la vida abrió su rama
sobre mi corazón amortajado."
Federico García Lorca
yo me puse a llorar y tú reías.
Tu desdén era un dios, las quejas mías
momentos y palomas en cadena.
Noche abajo los dos. Cristal de pena,
llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías
sobre tu débil corazón de arena.
La aurora nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.
Y el sol entró por el balcón cerrado
y el coral de la vida abrió su rama
sobre mi corazón amortajado."
Federico García Lorca
domingo, 3 de enero de 2016
sábado, 2 de enero de 2016
Lay down next to me
"Me voy a morir, me voy a morir, me voy a morir. Mañana me voy a morir", y era verdad. La muerte estaba allí entonces, con su horrible mirada amarillenta iluminando segundo a segundo el latido de la madrugada. La muerte estaba allí, en la noche, como una luna incapaz de menguar que menguaba a todo aquel que pretendiera pronunciarla. "Me voy a morir. Mañana me voy a morir", pero hoy no; el resto de todos esos "ahora" que fluyen como agua entre las manos no moriré. Esa es la única verdad. Y sí, entonces era cierto. En aquel tiempo el miedo era lo único que alimentaba de noche las pupilas, pero hoy será, y para siempre mientras hoy dure, la propia noche lo único que podrá alimentarlas de sí misma. "Mañana me voy a morir, pero hasta entonces no. Suficiente".
Mírame ahora. Di mi nombre. ¿Puedes oírlo? No hay miedo ni mañana en lo que pronuncias.
Di mi nombre. Soy todo eso que pronuncias, nada más.
Y eso es suficiente.
[goodbye]
viernes, 1 de enero de 2016
8.39
esa rosa de labios abierta y abriendo
con sus límites el borde de la mañana;
esa rosa, ¡esa rosa, amor!
araña con tus dedos de espina esta piel sin nombre
-tu aliento en mi aliento, mi carne
para tu carne-;
abre los límites de mis bordes, amor,
abre tu flor
para mi sangre
con sus límites el borde de la mañana;
esa rosa, ¡esa rosa, amor!
araña con tus dedos de espina esta piel sin nombre
-tu aliento en mi aliento, mi carne
para tu carne-;
abre los límites de mis bordes, amor,
abre tu flor
para mi sangre
Suscribirse a:
Entradas (Atom)