domingo, 12 de octubre de 2014

1-20

versos en los brazos
llanuras de sangre donde el corazón no alcanza a latir;
he encontrado un alba nuevo en el que cubrirme
       de ceniza
he llegado a un amanecer
donde espejar la transparencia desnuda del reflejo primero

atravesando la palabra inherente del latido
la mirada siguió buscando una elocuencia que pudrir en la boca
pero en el centro del útero solo existe una mano
una mano de espejo en la sombra de los márgenes
       y en ella
              el Dios
                     perdió su nombre

entonces
se pronunciaron todas las palabras en el cuchillo de la razón
hasta que una mano para tocar
       se hizo verbo
y todas las estructuras cristalinas se clavaron
como versos de sangre
en los brazos del amanecer primero

brotes de sangre como rosas
versos sin brazos
y en ellos
el Dios cuyo nombre no fue pronunciado

lunes, 15 de septiembre de 2014

Good God, let me give you my life



I'll worship like a dog at the shrine of your lies, I'll tell you my sins and you can sharpen your knife...



[only then I am human; only then I am clean]

domingo, 14 de septiembre de 2014

23.26

bebed mi sangre hasta arrancarle el aire
tomad el cuchillo entre mis dientes y
dibujad una vena nueva en esta carne siempre abierta;
recuerdos  -retazos de mi antigua piel,
mi piel otra-,
calcinad todo espíritu convertido en materia
llegad a estos pies de clavo en la cruz para el beso;
recuerdos -rostro antiguo de mi piel,
mi rostro otro-,
hacedme recordar que estoy sintiendo
besad el rostro y su flor de piel que ayer fue otra
y tomad lo que os corresponda

lunes, 18 de agosto de 2014

Del sentimiento trágico de la vida

"El universo visible, el que es hijo del instinto de conservación, me viene estrecho, esme como una jaula que me resulta chica, y contra cuyos barrotes da en sus revuelos mi alma; fáltame en él aire que respirar. Más, más y vez más; quiero ser yo, y sin dejar de serlo, ser además los otros, adentrarme a la totalidad de las cosas visibles e invisibles, extenderme a lo ilimitado del espacio y prolongarme a lo inacabable del tiempo. De no serlo todo y por siempre, es como si no fuera, y por lo menos ser todo yo, y serlo para siempre jamás. Y ser yo, es ser todos los demás. iO todo o nada!
iO todo o nada! ¿Y qué otro sentido puede tener el ser o no ser, To be or no to be sespiriano, el de aquel mismo poeta que hizo decir a Marcio en su "Coriolano" que sólo necesitaba la eternidad para ser dios : he wants nothing of a god but eternity ? ¡Eternidad!, ¡eternidad! Este es el anhelo; la sed de eternidad es lo que se llama amor entre los hombres; y quien a otro ama es que quiere eternizarse en él. Lo que no es eterno tampoco es real.
Gritos de las entrañas del alma ha arrancado a los poetas de los tiempos todos esta tremenda visión del fluir de las olas de la vida, desde el «sueño de una sombra» óxtas óvap de Píndaro, hasta el «la vida es sueño», de Calderón y el «estamos hechos de la madera de los sueños», de Shakespeare, sentencia esta última aún más trágica que la del castellano, pues mientras en aquella sólo se declara sueño a nuestra vida, mas no a nosotros los soñadores de ella, el inglés nos hace también a nosotros sueño, sueño que sueña.
La vanidad del mundo y el cómo pasa, y el amor son las dos notas radicales y entrañables de la verdadera poesía. Y son dos notas que no puede sonar la una sin que la otra a la vez resuene. El sentimiento de la vanidad del mundo pasajero nos mete el amor, único en que se vence lo vano y transitorio, único que rellena y eterniza la vida. Al parecer al menos, que en realidad... Y el amor, sobre todo cuando la lucha contra el destino súmenos en el sentimiento de la vanidad de este mundo de apariencias, y nos abre la vislumbre de otro en que, vencido el destino, sea ley la libertad.
¡Todo pasa! Tal es el estribillo de los que han bebido de la fuente de la vida, boca al chorro, de los que han gustado del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
¡Ser, ser siempre, ser sin término, sed de ser, sed de ser más!, ihambre de Dios!, ¡sed de amor eternizante y eterno!, ¡ser siempre!, ¡ser Dios!"

Miguel de Unamuno

sábado, 16 de agosto de 2014

"Mi lucha ha sido con la máscara hasta conseguir verte desnudo."

"PRESTIDIGITADOR
Si avanzas un escalón más, el hombre te parecerá una brizna de hierba.

DIRECTOR
No una brizna de hierba, pero sí un navegante.

PRESTIDIGITADOR
Yo puedo convertir un navegante en una aguja de coser.

DIRECTOR
 Eso es precisamente lo que se hace en el teatro. Por eso yo me atreví a realizar un dificilísimo juego poético en espera de que el amor rompiera con ímpetu y diera nue­va forma a los trajes.

PRESTIDIGITADOR
Cuando dice usted amor yo me asom­bro.

DIRECTOR
Se asombra, ¿de qué?

PRESTIDIGITADOR
Veo un paisaje de arena reflejado en un espejo turbio.

DIRECTOR
¿Y qué más?

PR ESTIDIGITADOR
Que no acaba nunca de amanecer.

DIRECTOR
Es posible.

PRESTIDIGITADOR
(Displicente y golpeando la cabeza de ca­ballo con las yemas de los dedos.)
Amor.

DIRECTOR (Sentándose en la mesa.)
Cuando dice usted amor yo me asombro.

PRESTIDIGITADOR
Se asombra, ¿de qué?

DIRECTOR
Veo que cada grano de arena se convierte en una hormiga vivísima.

PRESTIDIGITADOR
¿Y qué más?

DIRECTOR
Que anochece cada cinco minutos.

PRESTIDIGITADOR (Mírándolo fijamente.)
Es posible. (Pau­sa.) Pero, ¿qué se puede esperar de una gente que inaugura el teatro bajo la arena? Si abriera usted esa puerta se llena­ría esto de mastines, de locos, de lluvias, de hojas mons­truosas, de ratas de alcantarilla. ¿Quién pensó nunca que se pueden romper todas las puertas de un drama?

DIRECTOR
Es rompiendo todas las puertas el único modo que tiene el drama de justificarse, viendo por sus propios ojos que la ley es un muro que se disuelve en la más peque­ña gota de sangre. Me repugna el moribundo que dibuja con el dedo una puerta sobre la pared y se duerme tranqui­lo. El verdadero drama es un circo de arcos donde el aire y la luna y las criaturas entran y salen sin tener un sitio don­de descansar. Aquí está usted pisando un teatro donde se han dado dramas auténticos y donde se ha sostenido un verdadero combate que ha costado la vida a todos los in­térpretes. (Llora.)"

El público
(Federico García Lorca)

miércoles, 13 de agosto de 2014

Faces 3.43



rotas las barreras de la carne
abiertas las ventanas de la piel
ríos de venas vuelven a bañar el puerto
al fin

me he arrancado la columna para estar a la altura
de esta falsa moralidad de ojos vacíos
y después de todo
después de todo
no puedo ser

cuántos rostros
cuántos cristales rotos
en mis rostros
cuántas manos abrazando el cuerpo desnudo de la verdad
y cuánto dolor
en cada cara del hombre

prisma de carne abierta
derrama tu rostro y vuelve a bañar el puerto
desnuda tus huesos hasta besar tu sangre
siempre abierta al fin

domingo, 10 de agosto de 2014

"El destino trágico del hombre en una mezcla de angustia existencial (ser para la muerte) y fe cristiana, con claro predominio de la primera"

"[...]  - Pero, ¿qué mal no es mortal,
si mortal el hombre es,
y en este confuso abismo
la enfermedad de sí mismo
le viene a matar después?
Hombre, mira que no estés
descuidado: la verdad
sigue, que hay eternidad;
y otra enfermedad no esperes
que te avise, pues tú eres
tu mayor enfermedad.
Pisando la tierra dura
de continuo el hombre está,
y cada paso que da
es sobre su sepultura.
Triste ley, sentencia dura,
es saber que en cualquier caso
cada paso (¡gran fracaso!)
es para andar adelante,
y Dios no es a hacer bastante
que no haya dado aquel paso."

Pedro Calderón de la Barca

lunes, 4 de agosto de 2014

48 (R.F)

oigo cánticos para un Dios siniestro
esa música que disuelve la realidad en los oídos
su olor a liturgia y esas voces
esas voces de mi sangre que desconozco
la voz de ellos y su sangre vertida

que canten ahora un canto hecho sueño
que canten sus bocas sordas y ciegas de brazos
hasta encerrar a su Dios inconsciente
que canten ellos
los encerrados en su pecho de cruz sobre el barro
que canten su constante alabanza a la muerte

martes, 15 de julio de 2014

Solitaire dans ton monde, tu chantes aux étoiles et câlines la terre



"A ti, que crees que existo,
¿cómo decir lo que sé
con palabras cuyo significado
es múltiple;
palabras, como yo, que cambian
cuando se las mira,
cuya voz es ajena?
¿Cómo decir
que no soy
pero que, en cada palabra,
me veo,
me oigo,
me comprendo,
a ti, cuya realidad
renovada
es la de la luz
a través de la cual
el mundo cobra conciencia del mundo
perdiéndote
pero que respondes
a un nombre
prestado?
¿Cómo mostrar lo que he creado
fuera de mí,
hoja tras hoja,
donde todo rastro de mi paso
está borrado
por la duda?
¿A quién se le han aparecido esas imágenes
que ofrezco?
Reivindico, en último extremo, lo que me es debido.
¿Cómo demostrar mi inocencia
cuando el águila ha volado de mis manos
para conquistar el cielo
que me atenaza?
Muero de orgullo en el límite
de mis fuerzas.
Lo que espero está siempre más lejos."

Edmond Jabès

miércoles, 25 de junio de 2014

23.27

dónde está la voz
la voz que se encoge desde mi sangre
a veces muda y otras
retumbando su sal en mis oídos de roca
       dónde esa voz
perdida en este océano de hombres sin rostro que avanzan
incansables hacia el dolor o el delirio
animales sin rostro para el abismo
o para desplegar el último abandono en palabras de aire
       adónde
              adónde os lleváis mi voz

jueves, 12 de junio de 2014

Destruir y crear o de cómo una creación se desnuda ante la destrucción

Y así es.
Para el que se finge creador y observa - a veces sorprendido y a veces impasible- las ruinas de su antiguo yo, la creación no es más que una colocación precisa de sensaciones rotas. Un recuerdo amargo por aquí, el humo de los besos del triunfo por allá, un quebranto, algunos jirones de nuestra piel bien conservados, tres cadáveres vestidos de insignificancia en ese rincón y voilà, todo cobra un sentido perfecto; este objeto nauseabundo e irrisorio arrojado y despojado de abismos es el que el espectador contempla y se dispone a criticar, a alabar o -sea como sea- a saborear con sus labios secos de ignorancia. La lengua de la pasión ya no recorre esos labios ni moja con los suyos las del falso creador que, arrodillado ante sí mismo, se desgarra esa piel suya que es de todos pero que no pertenece a nadie. ¿Por qué iba a hacerlo? Crear es tomar los restos de un naufragio interior y esperar -cargado de uno mismo y de otro uno colectivo- poder dejarse mecer por los brazos del mar sin que este arremeta en exceso contra nosotros. Crear no es nada nuevo; no hay pasión en la monotonía del verbo antiguo.
Al menos existe conciencia en esta inutilidad. No estamos creando nada; estamos tomando los pilares de nuestros propios cuerpos para destrozarlos y añadir tres o cuatro sentimientos de poco valor, de esos que los ojos se niegan a ver pero que ejercen una presión constante en las costillas. No partimos de cero; bebemos la sangre de la tradición y la escupimos deseando que este desecho tome alguna forma oportuna y precisa en los ojos internos del que observa.
Pero hoy todo es cuestionable. Algunos incluso hablan sobre la libertad artística. Pero, ¿qué es esa supuesta libertad? ¿Poder manifestar cualquier sandez en medios de comunicación vacíos que se alimentan de falsas popularidades o poder trascender, de forma íntima, la cárcel interior guardada en la torre de hueso y carne que nos forma? Libertad artística, libertad creadora: conceptos sin valor -como toda palabra hoy- que no explican más que la necesidad de trascendencia, de alcanzar a través del encierro de las pasiones la libertad de las mismas. Algunos hablarán del arte como liberación pasional sin más, como depuración de un alma que se antoja, a ojos de la realidad, como un elemento artificial al que nos aferramos para describir todo lo que nos volcamos en algo: "pongo el alma en esto". Todos lo hacemos, sí, pero ¿qué es exactamente eso que estamos poniendo? No, el arte no es una liberación inútil del alma; el arte es conocer el músculo lo suficiente como para poder extirparlo, agarrar en un puño eso que se supone que todos tenemos latiendo dentro y mostrarlo crudo y palpitante, sin más adornos que la mano que lo sujeta y la sangre que lo viste.
Esa es la verdadera creación. No, no estamos creando. Estamos bebiendo a borbotones la sangre nueva de la antigua piel humana para reafirmar que somos un ayer cíclico, recompuesto y destruido una y otra vez en el falso nombre del arte.
Amén.

domingo, 1 de junio de 2014

XXX

"«Sí, sí -decía-, yo me lo negaba a mí mismo, pero te quería para mí; quería, allá en el fondo de mis entrañas, sin saberlo, como respiro sin pensar en ello, quería poseerte, llegar a enseñarte que el amor, nuestro amor, debía ser lo primero; que lo demás era mentira, cosa de niños, conversación inútil; que era lo único real, lo único serio el quererme, sobre todo yo a ti, y huir si hacía falta; y arrojar yo la máscara, y la ropa negra, y ser quien soy lejos de aquí, donde no lo puedo ser: sí, Anita, sí, yo era un hombre, ¿no lo sabías? ¿Por eso me engañaste? Pues mira, a tu amante puedo deshacerle de un golpe; me tiene miedo, sábelo, hasta cuando le miro; si me viera en despoblado, solos frente a frente, escaparía de mí… Yo soy tu esposo; me lo has prometido de cien maneras; tu don Víctor no es nadie; mírale como no se queja: yo soy tu dueño, tú me lo juraste a tu modo; mandaba en tu alma, que es lo principal; toda eres mía, sobre todo porque te quiero como tu miserable vetustense y el aragonés no te pueden querer. ¿Qué saben ellos, Anita, de estas cosas que sabemos tú y yo…? Sí, tú las sabías también… y las olvidaste… por un cacho de carne fofa, relamida por todas las mujeres malas del pueblo... Besas la carne de la orgía, los labios que pasaron por todas las pústulas del adulterio, por todas las heridas del estupro, por…»
Y don Fermín rasgó también esta carta, y en mil pedazos más que todas las otras."

La Regenta
(Leopoldo Alas, "Clarín")

martes, 27 de mayo de 2014

17.24 (a)

escrita en este folio de tu cuerpo
te has arrancado de mí y me has bebido
- flor de sangre toda-, para pronunciarte en nombre

rasgadas al fin tus vestiduras,
escribes jirones de versos en mi carne
y en el dolor que me das para que sea
te pronuncio:
       antimateria; así te llamo,
y me regalas estas manos vacías
       y un verbo
un verbo solo donde sobrevivir al nombre de esta ausencia
       cuando todo lo demás ya
                     es silencio

espejo donde no estás para encontrarme,
       tú,
que no eres nadie aunque te desgarras en mí y soy materia
sigues tan entera en ti
ahora desmembrada, cuerpo
cálido y abierto para un deseo
callado de sangre nueva,
como un silencio de pieles sin tacto
       que se desnuda de ti;
              tú,
aire del labio en carne florecida,
sobrevivida en sombra, me has reducido
a mí misma -a una nada en otra nada
       arrodillada ante una nada
                     más profunda-

escrita aquí, palabra sola,
te bebo y te arranco de mí
-flor mía de mi sangre-, para pronunciar mi nombre
y ser
       - verbalizada, al fin-
                     en mi propia carne

domingo, 25 de mayo de 2014

0.55

ahora que hemos desenterrado los huesos del sol
       ahora
              que el beso de la sangre se ha oxidado en el tiempo
¿qué queda ahora astralmente perpetuo
en el preludio carnal de la palabra?




silencio
       solo
              silencio

viernes, 23 de mayo de 2014

0.45

alguien besará este cuerpo de sombra
hecho para la luz
desnudo para el sí
abierto de carne y sangre
para la continuidad de los silencios o
para el camino en el que hallar otro útero donde nacer
y salvarnos

domingo, 11 de mayo de 2014

I love you so much that it hurts my head...

Al abrazar su cuerpo por primera vez sentí todos los cielos en uno solo, uno palpitante y cálido, suave y acogedor como un hogar. Permanecí atrapada en ese templo durante un rato que pareció una vida; fui cariátide para sostenerla y, en cierto modo, para sostenerme también a mí.
Allí alzamos nuestra eternidad. Allí nuestros cuerpos dejaron de ser mármol pulido para ser carne moldeada al hueso, arteria y vena meciendo suavemente la sangre de un único latido; trascendencia sobre toda materia.
Allí nací por primera vez. Había creído llevar muerta todo aquel tiempo, y lo que nunca había sabido ver era que yo jamás había vivido. ¿Quién, entonces, podría arrancarme de aquella nueva mortalidad? Las ausencias más breves entumecían mis músculos y los helaba en piedra si no la sentía, si no podía abrir con mis dedos el amanecer de sus labios. No, no había carros dorados ni caballos desbocados en aquel acto sagrado de realidad recién florecida; sus rosados labios eran la única puerta del alba para mí.
En ocasiones la quise alcanzar. Quise arder en sus llamas y cuanto más me quemaba más ansiaba arder en aquella vida única y real que su abrazo me había proporcionado. Solo podía desear vernos en el centro de la llamarada, porque, ¿qué es el amor sino fuego en el alma y en la vida infierno, como decía aquel poeta barroco condenado a la dramaturgia?
Todavía hoy cuando la veo desnuda, en alma viva, mi propia alma tiembla y se serena embriagada de sensaciones que se entrelazan y besan como los dedos y la piel en el roce de una caricia. Esos momentos son una condena apacible, una cadena que cualquiera se ataría alrededor del cuello con tal de no alejarse demasiados centímetros de su suspiro y de la calidez que desprende el aire que la pasa de largo, incapaz de contenerla en su ingrávido aliento.
Aún hay veces que el miedo del interrogante se planta ante mí, como un verdugo afilando sus armas en mi espalda. El interrogante, sin rostro, siempre vocifera su misma pregunta a través de mis labios; si la perdiera -y pongo en lo cierto que he imaginado esta situación miles de veces-, ¿dónde podría esconderme? ¿Dónde, cuando el peso de un mundo entero no encontraría barreras en unos hombros desvalidos, ensombrecidos sin la caricia de esa mano?
No habría vida para esta muerte en ningún rincón de la noche.

Pero no. No hay noche en el refugio de esta llama; de nuevo el interrogante se desvanece.
El beso de su llamada sigue despuntándome el alma.

martes, 6 de mayo de 2014

22.22

mi identidad
-sin nombre ni rostro que verbalizar
o ser recordado-
en este espejo de ojos
parece saberse viva

quizá sea en mi lengua
en esta lengua tan mía que desconozco
y que me define o garabatea
quizá en ella, viciosa absurda,
ramera desconocida sin ropas cuando se le antoja
quizá en ella pueda esconderme
y abrazar mi cuerpo antiguo que tiembla
desnudo, sin piedad
sin nombre ni identidad posible

lunes, 28 de abril de 2014

Le chat


"Ven a mi amante pecho, gato mío;
guarda las garras de tu pata,
y hundirme déjame en tus bellos ojos,
mezclados de ágata y metal.

Cuando a gusto mis dedos acarician
tu cabeza y tu lomo elástico,
y mi mano se embriaga del placer
de palpar tu elétrico cuerpo,

creo ver a mi dama. Su mirar,
igual que el tuyo, amable fiera,
frío, profundo, corta como un dardo,

y, de los pies a la cabeza,
aire sutil o aroma peligroso,
nadan en torno al cuerpo bruno."

Charles Baudelaire

domingo, 13 de abril de 2014

Je vois des bras de mer...



en el rostro blanco de palabras
y en el ángulo de unas manos
siempre abiertas
ahí
para ti, amor
en la caricia líquida de un latido
dilatado en tu pecho
donde la luz se hunde
en la luz
y el cielo deja de ser herida
allí, para ti
amor, mi carne viva

viernes, 28 de marzo de 2014

Alma mía, vida de mi alma, prenda querida de mi corazón, luz de mis ojos...

"Ese alguien era usted [...]; lo reconocí cuando vi a usted por vez primera. Pero como mi imaginación es tan estéril, el retrato que yo de usted me había trazado no valía, ni con mucho, lo que usted vale. Yo también he leído algunas historias y poesías; pero de todos los elementos que de ellas guardaba mi memoria, no logré nunca componer una pintura que no fuese muy inferior en mérito a lo que veo en usted y comprendo en usted desde que le conozco. Así es que estoy rendida y vencida y aniquilada desde el primer día. Si amor es lo que usted dice, si es morir en sí para vivir en el amado, verdadero y legítimo amor es el mío, porque he muerto en mí y sólo vivo en usted y para usted.
[...]
Para mí es usted su boca, sus ojos, sus negros cabellos, que deseo acariciar con mis manos; su dulce voz y el regalado acento de sus palabras, que hieren y encantan materialmente mis oídos; toda su forma corporal, en suma, que me enamora y seduce, y al través de la cual, y sólo al través de la cual, se me muestra el espíritu invisible, vago y lleno de misterios [...]. Yo amo en usted no ya sólo el alma, sino el cuerpo, y la sombra del cuerpo, y el reflejo del cuerpo en los espejos y en el agua, y el nombre y el apellido, y la sangre, y todo aquello que le determina como tal [...]; el metal de la voz, el gesto, el modo de andar y no sé qué más diga. Repito que es menester matarme. Máteme usted sin compasión."

Pepita Jiménez - Juan Valera

miércoles, 19 de marzo de 2014

19.

este latido en llamas
arañazo de vida prendido
el sol en la garganta
como un grito




El mejor y único de mi vida (1).

lunes, 3 de marzo de 2014

23.32

Un plumaje de venas me abraza
a la mortalidad de una carne
que se abre constantemente,
pero el cuerpo no recuerda
de asesinatos del espíritu;
quizá alguien pueda articular
el esqueleto de la locura
y pronunciar la imposición de la sangre
en las pupilas.

El germen de la desmedida
desgarra los bordes del sueño
en una mirada humana
incrustada con ojos que tiemblan
ansiando beber jirones de la piel del sol.
Todas los otros retazos de luz
son únicamente recuerdos de lo material,
espectros solificados
en el universo;
el cielo devorando y vomitando
la piedra blanca de la luna.

Hoy busco destellos de identidad ebrios como barcos a la deriva,
pero cuando casi me alcanzo
todo queda blanco y vuelve la luz;
rostros mutilados en otros rostros
hablan mi cuerpo de lluvia.


Ahora, desnuda de oscuridad
y abierta a mi sangre
recuerdo.

miércoles, 19 de febrero de 2014

302

la trascendencia
en cuerpos convulsionando
volcanes de saliva escupiendo puñales
y ante ellos
otros muchos cuerpos
carne desnuda de sí misma
embriones de palabras colgando de un sueño

la torre erecta para romperlo todo
la torre de lenguas que lamen
cualquier argumento ontológico
un solo cimiento donde se concentra todo
arquitectura de todas las espaldas como una
y el derrumbamiento constante
para rompernos a todos
para alcanzar la trascendencia
arrancando la médula
de nuestros pecados

lunes, 10 de febrero de 2014

Reminiscencias


"[...] dos copas amarillas
dos gargantas raspadas
dos besos comunicantes de la visión de
       una existencia a otra existencia
dos promesas gimientes de
       tremendas locuacidades ajenas
dos promesas de no ser de sí ser de no ser
dos sueños jugando la ronda del sino en
      derredor de un cosmos de
      champagne amarillo blanquecino
dos miradas cerciorando la avidez de una
      estrella chiquita"

Alejandra Pizarnik


Después de cruzar esta extraña frontera y de plantarme, al fin, en los veinte... ¿qué puedo decir?
Puedo decir que soy tremendamente afortunada. Así de simple. Y es que a veces las palabras se quedan mucho más que cortas y sus desgastados filos no son suficiente para describir una infinidad desbordante dentro de un pecho demasiado pequeño.
Gracias. Gracias, mil gracias... podría pasarme días así, y aunque os las diera un millón de veces -o más-, eso no sería suficiente para agradecéroslo todo a todos... y en especial a ti.
Sigo buscando tu olor de amanecer entre mis sábanas, pequeña.

sábado, 1 de febrero de 2014

Outre mesure

"Le monde est ma prison
si je suis loin de ce que j'aime
vous n'êtes pas trop loin barreaux de l'horizon
l'amour la liberté dans le ciel trop vide
sur la terre gercée de douleurs
un visage éclaire et réchauffe les choses dures
qui faisaient partie de la mort
a partir de cette figure
de ces gestes de cette voix
ce n'est que moi-même qui parle
mon cœur qui résonne et qui bat
un écran de feu abat-jour tendre
entre les murs familiers de la nuit
cercle enchanté des fausses solitudes
faisceaux de reflets lumineux
regrets
tous ces débris du temps crépitent au foyer
encore un plan qui se déchire
un acte qui manque à l'appel
il reste peu de chose à prendre
dans un homme qui va mourir."

- - - - - - - - - - - - - - - -

"El mundo es mi prisión
si estoy lejos de lo que amo
vosotros no estáis demasiado lejos barrotes del horizonte
el amor la libertad en el cielo tan vacío
sobre la tierra agrietada de dolores
un rostro ilumina y calienta las cosas duras
que formaban parte de la muerte
a partir de este rostro
de estos gestos de esta voz
solo soy yo mismo quien habla
solo mi corazón el que resuena y palpita
una cortina de fuego pantalla tierna
entre los muros familiares de la noche
círculo encantado de las falsas soledades
haz de reflejos luminosos
lamentos
todos estos desperdicios del tiempo crepitan en el hogar
todavía un plano que se desgarra
un acto que falta al llamado
queda muy poca cosa por tomar
en un hombre que va a morir."

Pierre Reverdy

miércoles, 29 de enero de 2014

martes, 28 de enero de 2014

1.05

Muchos silencios se preguntan hasta qué momento
permanecerán pegados al paladar de la duda.

La nocturnidad quedó disuelta en las bocas
cuando decidí volver a hablar.
Nadie reconocía mi voz,
pero yo sentía que era capaz de reflejar
mi delirio en una gota.
Nadie oyó mi voz,
pero yo convertí las vibraciones
en intenciones innatas.

Recuerdo cuando me pusieron entre comillas;
solo fui otro pedazo de carne desangrado
en el matadero.
La alquimia de la palabra que no es pronunciada, sí,
eso supuso que todos fuéramos desmembrados
desde el inicio
(sin brazos, sin piernas,
sin espíritu para arrastrarnos hasta la tumba).
Transmutaciones de la palabra en materia, sí,
eso balbuceamos
cuando arrancábamos silencios que no quisieron descolgarse
del falso útero de nuestras gargantas.


Contra toda sensatez
hoy he vestido mi ira con paños blancos.
Cuando la sangre de mis ojos dibuje el camino
todo cesará,
pero hasta entonces todas las noches
serán vomitadas desde esta boca
única e inequívoca
que es la vida.
Entonces reconocerán mi voz
como la primera arcada de reacción
contra una falsa cordura;
mi voz será voz, al fin,
incorporeidad repudiada
sobre toda materia.

domingo, 26 de enero de 2014

22.27

No voy a arrodillarme ante ninguna virgen para beber cal de agua.
Soy uno y ninguno, señor,
soy el comienzo y el final de mis principios;
soy la sombra colgada en la máscara,
soy ninguno y quizá sea uno, señor,
pero no soy consciente de la longitud de mis manos
ni de hasta qué lugar puede prolongarse
mi minúsculo ser.

Soy quien conoce las travesías y las fragancias de sus putas,
soy toda esa infamia ardiendo en el ojo
porque todo lo he visto y a todo llego.
Conozco a todos y soy todos, señor.
Soy la luz penetrando la pupila,
los semáforos y los relojes apagados.

Y aun así sigo.
Sigo sin ser nadie,
nadie más que alguien que viste su dolor y desconoce
por no probar las sales y tus múltiples voces
en la noche.
Soy uno y ninguno
despavorido ante el eterno cuchillo en sus manos,
escondido bajo la perspectiva
de aquello que no puede alcanzarse;
mutilando palabras hasta deshojar
el último pétalo de esta lengua
que me aleja y me acerca a todos.

miércoles, 22 de enero de 2014

2.16

ah, sí
la amarga miel en los labios
el reflejo roto
y sus mil espejos
cada uno con su palabra despedazada

nadie puede distinguir entre las voces
lo eterno se viste de efímero
para que nadie sepa
quién
será quién

bailando en llamas sobre la máscara
con la piel arrancada
hay cierta verdad
impregnada de ilusión
ciertas realidades
han besado a la mentira

nadie puede distinguir los labios
las lenguas se han enredado
para que nadie pronuncie
quién
es quién

confusión de pieles
para el espejo roto y sus reflejos
constante división del ser
todos hablan sobre el mismo baile
para que nadie sepa
quién
pudo ser
más allá de la máscara

miércoles, 15 de enero de 2014

2.54



ahora que he vestido mi cuerpo
arrancado de piel
con tu piel
que he alcanzado
el punto alrededor del cual
todo toma una forma concreta
y se desliza suave
ante los ojos
ahora que mi boca
se ha descolgado de la nada

ahora
transformada en carne
atada
con redes de venas y arterias
en esta presencia desnuda
más allá de la palabra
en la que no me concibo
sin tu sangre

qué hay ahora
qué hay
más que tú

martes, 14 de enero de 2014

La llama doble

"Cierto, la poesía está hecha de palabras enlazadas que despiden reflejos, visos y cambiantes: ¿lo que nos enseña son realidades o espejismos? Rimbaud dijo: Et j'ai vu quelquefois ce que l'homme a cru voir. Fusión de ver y creer. En la conjunción de estas dos palabras está el secreto de la poesía y el de sus testimonios: aquello que nos muestra el poema no lo vemos con nuestros ojos de carne sino con los del espíritu. La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio. El testimonio poético nos revela otro mundo dentro de este mundo, el mundo otro que es este mundo. Los sentidos, sin perder sus poderes, se convierten en servidores de la imaginación y nos hacen oír lo inaudito y ver lo imperceptible. ¿No es esto, por lo demás, lo que ocurre en el sueño y en el encuentro erótico? Lo mismo al soñar que en el acoplamiento, abrazamos fantasmas. Nuestra pareja tiene cuerpo, rostro y nombre pero su realidad real, precisamente en el momento más intenso del abrazo, se dispersa en una cascada de sensaciones que, a su vez, se disipan. Hay una pregunta que se hacen todos los enamorados y en ella se condensa el misterio erótico: ¿quién eres? Pregunta sin respuesta... Los sentidos son y no son de este mundo. Por ellos, la poesía traza un puente entre el ver y el creer. Por ese puente la imaginación cobra cuerpo y los cuerpos se vuelven imágenes."

Octavio Paz

jueves, 9 de enero de 2014

Con que, en sentidos afectos, prelude al dolor de una ausencia



"Ya que para despedirme,
dulce idolatrado dueño,
ni me da licencia el llanto
ni me da lugar el tiempo,
háblente los tristes rasgos,
entre lastimosos ecos,
de mi triste pluma, nunca
con más justa causa negros.
Y aun ésta te hablará torpe
con las lágrimas que vierto,
porque va borrando el agua
lo que va dictando el fuego.
Hablar me impiden mis ojos;
y es que se anticipan ellos,
viendo lo que he de decirte,
a decírtelo primero.
Oye la elocuencia muda
que hay en mi dolor, sirviendo
los suspiros de palabras,
las lágrimas de conceptos.
Mira la fiera borrasca
que pasa en el mar del pecho,
donde zozobran, turbados,
mis confusos pensamientos.
Mira cómo ya el vivir
me sirve de afán grosero;
que se avergüenza la vida
de durarme tanto tiempo.
Mira la muerte, que esquiva
huye porque la deseo;
que aun la muerte, si es buscada,
se quiere subir de precio.
Mira cómo el cuerpo amante,
rendido a tanto tormento,
siendo en lo demás cadáver,
sólo en el sentir es cuerpo.
Mira cómo el alma misma
aun teme, en su ser exento,
que quiera el dolor violar
la inmunidad de lo eterno.
En lágrimas y suspiros
alma y corazón a un tiempo,
aquél se convierte en agua,
y ésta se resuelve en viento.
Ya no me sirve de vida
esta vida que poseo,
sino de condición sola
necesaria al sentimiento.
Mas, ¿por qué gasto razones
en contar mi pena y dejo
de decir lo que es preciso,
por decir lo que estás viendo?
En fin, te vas, ¡ay de mi!
Dudosamente lo pienso:
pues si es verdad, no estoy viva,
y si viva, no lo creo.
¿Posible es que ha de haber día
tan infausto, funesto,
en que sin ver yo las tuyas
esparza sus luces Febo?
¿Posible es que ha de llegar
el rigor a tan severo,
que no ha de darle tu vista
a mis pesares aliento?
¡Ay, mi bien, ay prenda mía,
dulce fin de mis deseos!
¿Por qué me llevas el alma,
dejándome el sentimiento?
Mira que es contradicción
que no cabe en un sujeto,
tanta muerte en una vida,
tanto dolor en un muerto.
Mas ya que es preciso, ¡ay triste!,
en mi infelice suceso,
ni vivir con la esperanza,
ni morir con el tormento,
dame algún consuelo tú
en el dolor que padezco;
y quien en el suyo muere,
viva siquiera en tu pecho.
No te olvides que te adoro,
y sírvante de recuerdo
las finezas que me debes,
si no las prendas que tengo.
Acuérdate que mi amor,
haciendo gala de riesgo,
sólo por atropellarlo
se alegraba de tenerlo.
Y si mi amor no es bastante,
el tuyo mismo te acuerdo,
que no es poco empeño haber
empezado ya en empeño.
Acuérdate, señor mío,
de tus nobles juramentos;
y lo que juró la boca
no lo desmientan tus hechos.
Y perdona si en temer
mi agravio, mi bien, te ofendo,
que no es dolor, el dolor
que se contiene atento.
Y adiós; que con el ahogo
que me embarga los alientos,
ni sé ya lo que te digo
ni lo que te escribo leo."

Sor Juana Inés de la Cruz

miércoles, 8 de enero de 2014

3.43

una matanza de cristal
en los muslos

el disparo es lento
lo suficiente como para dibujar
las ondas de la locura

pero tras el asesinato
despertará
la flor de mi sangre cristalizada

jueves, 2 de enero de 2014

3[19]

Un puñado de nada. No podría ser otra cosa si no estuvieras aquí, en mí.
El sol es más apacible desde que desperté por primera vez. Ya no abrasa mi piel con la furia y la precisión de un asesino implacable, sino que se desliza lento y calmado por cada recuerdo que he encontrado entre tus manos. Ya no me arden las venas en un lago de temores injustificados ni trato de arrancar de mí al yo asustado que tiembla como la fina piel del río en contacto con el viento; tengo tu cobijo, nuestro cobijo, nuestra verdad... y un abrazo prolongado desde marzo lo confirma.

El sol es más apacible desde que al fin floreció tu voz en mi garganta.
Mucho más apacible.