No estás
(porque no puedes estar
sino en mis manos, que
te buscan en mí y no te encuentran
por mucho que les suplique que me desnuden
como lo hacías
tú).
Quizá solo en estas manos mías, inexactas como el latido de tu silencio
(esas,
donde crecerte
en mí).
Qué ingenua.
La luz, cediéndose a sí misma, nos desveló al fin que no estábamos
(que ya
no, que
quizá nunca).
Niña Ellie, c'est toi, recuerdas? Te adoro.
ResponderEliminarC'est toi...
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