miércoles, 2 de febrero de 2011

Al mal cuidador


Entre grandes sueños llenan las quejas
tu horma, de fugacidad lisonjera.
Y tu mente, por querer ser primera
ya resta encerrada entre pobres rejas.

Cayéronse de tu casa las tejas
por tan poco cuidadas, y así fuera,
siendo estas sangre y cárcel verdadera,
cayeron por descuido y no por viejas.

Camina ora con cautela, hombre sabio,
que no es cierto todo cuanto se toca
ni es cierto el daño enorme de tu agravio;

la verdad que en gran dolor desemboca
se piensa aunque no sale por el labio,
pues no todo se muerde con la boca.

4 comentarios:

  1. A propósito... tercera noche del blog, y ya hemos superado las 300 visitas. Muchísimas gracias a todos :)

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  2. jodeeeer, judith, qué tremendo lo que acabo de leer... ah, y qué bien que pase tanta gente por tu ουροβóρος que ya estamos sintiendo como un lugar imprescindible...

    besos,
    ò.

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  3. Muchas gracias, Òscar :) espero que este blog sea tan imprescindible para vosotros como lo sois para mí los que decidís pasar a por él.
    Y bueno, sobre este soneto... es lo que tiene pasarse demasiado tiempo leyendo a Quevedo ;P


    ¡Un abrazo!

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  4. [Traçados os muitos caminhos do mundo, dentro da mão onde palpita, breve, em estrondo um clamor e coração...

    Com cautela, com urgência haveremos ao caminho]

    um abraço,

    Leonardo B.

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