Entre grandes sueños llenan las quejas
tu horma, de fugacidad lisonjera.
Y tu mente, por querer ser primera
ya resta encerrada entre pobres rejas.
Cayéronse de tu casa las tejas
por tan poco cuidadas, y así fuera,
siendo estas sangre y cárcel verdadera,
cayeron por descuido y no por viejas.
Camina ora con cautela, hombre sabio,
que no es cierto todo cuanto se toca
ni es cierto el daño enorme de tu agravio;
la verdad que en gran dolor desemboca
se piensa aunque no sale por el labio,
pues no todo se muerde con la boca.
A propósito... tercera noche del blog, y ya hemos superado las 300 visitas. Muchísimas gracias a todos :)
ResponderEliminarjodeeeer, judith, qué tremendo lo que acabo de leer... ah, y qué bien que pase tanta gente por tu ουροβóρος que ya estamos sintiendo como un lugar imprescindible...
ResponderEliminarbesos,
ò.
Muchas gracias, Òscar :) espero que este blog sea tan imprescindible para vosotros como lo sois para mí los que decidís pasar a por él.
ResponderEliminarY bueno, sobre este soneto... es lo que tiene pasarse demasiado tiempo leyendo a Quevedo ;P
¡Un abrazo!
[Traçados os muitos caminhos do mundo, dentro da mão onde palpita, breve, em estrondo um clamor e coração...
ResponderEliminarCom cautela, com urgência haveremos ao caminho]
um abraço,
Leonardo B.