Te quise romper en pequeños trozos
por toda la sangre en las palabras,
por el peso de cada día en la mirada.
Te quise romper en pedazos diminutos,
como se rompe el pecho en cada suspiro,
como se destroza la inocencia en el reloj.
Pero con toda la rabia pegada a los pasos
me di cuenta, terriblemente tarde,
de que ya llevabas rota demasiado tiempo.
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